Apatzingán, Michoacán, 30 de noviembre de 2025.- Lo que se promocionó como un acto de apertura y formación ciudadana, la asamblea distrital para crear la organización «Somos MX», se convirtió esta mañana en un claro ejemplo de control excesivo y una desorganización que pone en entredicho la solidez del naciente proyecto político.
A pesar de una invitación abierta a la prensa, los medios informativos fueron sometidos a un suplicio de identificación que más parecía un operativo de seguridad extrema que la recepción a un evento público. Desde su llegada al salón «La Conquista» del hotel «Posada del Sol», los periodistas enfrentaron hasta seis «aduanas» o filtros de seguridad, cada uno exigiendo de manera repetitiva y sin coordinación aparente la credencial para votar del INE.
Los pocos reportero que asistieron a la convocaría fueron interceptados sucesivamente: un primer filtro a la entrada, un segundo unos pasos más adelante, un tercero a media escalera, un cuarto en la parte superior, un quinto en las puertas del salón y, de manera casi surrealista, un sexto ya dentro del recinto, antes de siquiera tomar asiento. La práctica, lejos de garantizar seguridad, proyectó una atmósfera de desconfianza y un afán de control que contradice los discursos de inclusión y transparencia.
La desorganización interna fue la otra cara de la moneda de este férreo control perimetral. Dentro del salón, con una capacidad para 500 personas y ocupado promedio de unas 200 asistentes, reinaba una palpable anarquía. La crónica del evento describe un ambiente donde «todos fungían como ‘jefes de organización'», una señal preocupante sobre la falta de liderazgo claro y una estructura definida en un grupo que aspira a convertirse en una fuerza política nacional.
Ante la imposibilidad de cumplir con el caprichoso requisito de identificarse ante cada persona que lo solicitaba, y ante la evidente falta de un protocolo coherente, los medios informativo optaron por abandonar el lugar. La decisión no fue solo por la logística fallida, sino como un acto de principio ante un proceder que limita el trabajo periodístico y oscurece, en lugar de facilitar, la transparencia de un acto público.
La asamblea, que tenía como objetivo formalizar la petición de registro de «Somos México» ante el INE para participar en los próximos comicios, deja así una primera impresión profundamente crítica: un proyecto que nace entre sombras de control excesivo y una desorganización que cuestiona su capacidad para generar confianza en el electorado.




























