Ciudad de México, 4 de Agosto del 2024.- El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, confirmó que los grupos criminales que operan en Michoacán, especialmente el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), son los más avanzados en el uso de drones y artefactos explosivos.
Durante la conferencia de prensa matutina del pasado viernes 2 de agosto, el general Sandoval informó que, aunque la actividad delictiva relacionada con explosivos ha disminuido en los últimos meses, Michoacán sigue siendo la entidad con el mayor número de ataques con drones y aseguramientos de artefactos explosivos artesanales. A pesar de esta reducción, advirtió que la situación sigue siendo preocupante.
El general también anunció que la Sedena ha lanzado una licitación para adquirir equipos anti-drones, que serán utilizados para proteger a los militares que operan en las zonas más afectadas, principalmente en Michoacán. «En Michoacán es donde hemos sufrido más agresiones de este tipo y donde nuestro personal ha resultado herido, e incluso algunos han perdido la vida», detalló Sandoval.
En su intervención, Sandoval desmintió dos rumores importantes: primero, que exmilitares de Colombia estén operando en México para fabricar drones explosivos; y segundo, que se estén fabricando «armas fantasma» en el país. Aunque reconoció que ha habido aseguramientos de armas ilegales y talleres de fabricación de cargadores y artefactos explosivos, aseguró que no se han encontrado instalaciones dedicadas a la fabricación de armas fantasma.
¿Qué son las armas fantasma?
Las armas fantasma, también conocidas como «ghost guns», son armas de fuego fabricadas de manera artesanal que carecen de números de serie, lo que las hace difíciles de rastrear. Estas armas pueden ser ensambladas a partir de kits o componentes adquiridos legalmente, lo que permite a los fabricantes eludir las regulaciones habituales que aplican a las armas convencionales.
La creciente popularidad de las armas fantasma ha suscitado debates en varios países sobre la necesidad de endurecer las leyes de control de armas y regular la compra y distribución de los componentes necesarios para su fabricación.