Apatzingán, Michoacán, 29 de Octubre de 2025.- El evento que presumiblemente reuniría a los altos mandos nacionales con los productores de limón en la 43 Zona Militar se ha convertido en el epicentro de una serie de CUESTIONAMIENTOS sobre transparencia y manejo de la información pública. Lo que se narró como un diálogo fructífero entre autoridades y el sector productivo, en la práctica, fue todo lo contrario: un acto opaco, del que fueron excluidos periodistas, alcaldes y, lo que es más grave, los propios protagonistas que decía convocar.
La imposibilidad de los medios para corroborar los hechos es la primera y mayor alerta. El autor de este texto, junto con otros colegas, fue testigo de una ausencia fundamental: no se vio ingresar a ningún productor limonero conocido. Esto no es un detalle menor; es la base de una sospecha fundada que convierte el comunicado oficial en un «DATO NO CORROBORADO». La reunión, lejos de ser un espacio de interlocución, parece haber sido un mero informe interno disfrazado de logro público, una estrategia que erosiona la confianza en las instituciones.
La exclusión deliberada y generalizada, de Alcaldes del triángulo industrial Limonero fue un hecho no fueron convocados. Esta omisión no es casual; refleja el miedo de autoridades locales a ser inmiscuidos he inmersos en temas de seguridad.
El segundo frente de controversia se abre con un episodio aparentemente festivo pero cargado de implicaciones políticas. La negación de Fanny Arreola sobre haber solicitado una canción que violaba el reciente decreto de APOLOGIA DEL DELITO, un evento público y la falta de una reacción inmediata del responsable de la Expoferia 2025, Gerardo Andrade, para aclarar la situación, exponen una grave negligencia. El autor señala que, al tratarse de una afirmación falsa que podría constituir un delito, la respuesta debió ser contundente: una aclaración inmediata e incluso la intervención de las fuerzas del orden. La inacción de Andrade, atribuida a un desinterés protocolar, terminó por amplificar un problema innecesario para la alcaldesa.
En conclusión, nos encontramos ante dos caras de una misma moneda: la opacidad y la negligencia. Por un lado, un gobierno que informa sobre reuniones que no son lo que parecen, y por otro, funcionarios más preocupados por QUE FAMILIARES SE TOMEN FOTOS CON ARTISTAS que verificar que se cumpla lo que es ley, Por eso, defino con una metáfora contundente: «El Tianguis Limonero es una Granada sin seguro que nadie quiere tocar». Es un proyecto de alto riesgo político, gestionado con opacidad e incompetencia, que acumula tensiones y excluye a los actores clave. Solo es cuestión de tiempo para que estalle, y cuando lo haga, la responsabilidad recaerá sobre quienes hoy prefieren el silencio y la simulación a la rendición de cuentas.




























