Uruapan, Michoacán, 13 de agosto de 2025 – La violencia volvió a sacudir el corazón de Uruapan cuando un sujeto armado y encapuchado irrumpió con brutalidad en una joyería del centro, sembrando el pánico entre empleados y transeúntes. El criminal, actuando con total impunidad, amenazó a los trabajadores con un arma, destrozó un aparador a golpes y huyó con un botín de joyas, mientras las calles de la ciudad se convertían, una vez más, en escenario de la delincuencia desbordada.
El ataque ocurrió en plena luz del día, a unos metros de la Plaza Morelos, una zona que debería ser segura pero que hoy refleja la creciente ola de inseguridad que ahoga a Uruapan. Testigos relataron el momento de terror: el asaltante, violentó el local con prepotencia, mientras las víctimas, impotentes, enfrentaban la crudeza de un delito que las autoridades no pudieron evitar.
A pesar de un operativo policial reforzado, el delincuente logró escapar en una motocicleta, evidenciando la facilidad con la que los criminales actúan ante la mirada ineficaz de las fuerzas de seguridad. Para agravar la situación, una empleada sufrió una grave crisis nerviosa por el shock del asalto y tuvo que ser atendida por paramédicos de Cruz Roja, recordando que la violencia no solo roba pertenencias, sino que también deja secuelas psicológicas en las víctimas.
Este caso se suma a la larga lista de ataques violentos en Michoacán, donde la población vive bajo la sombra de la delincuencia, mientras las calles se vuelven tierra de nadie.