Apatzingán, Michoacán, 26 de Julio de 2025. — Mientras las autoridades presumían un «robusto» operativo conjunto entre los tres órdenes de gobierno, un joven de entre 20 y 25 años fue ejecutado a balazos en la colonia Pénjamo, evidenciando, una vez más, la nula capacidad para garantizar seguridad en la región.
Según el riguroso protocolo oficial, la Guardia Civil Municipal llegó 20 minutos después del reporte ciudadano —que alertó sobre un cuerpo sin vida en la calle Darío Arzate— y confirmó lo obvio: el joven ya no tenía signos vitales, con impactos de bala principalmente en la cabeza, un detalle innecesario para deducir que no fue un accidente.
En la escena, los peritos recolectaron varios casquillos percutidos, prueba de que los sicarios actuaron con toda tranquilidad, sin que el legendario operativo disuadiera el crimen. La Fiscalía de Tierra Caliente ya «investiga», aunque la comunidad sabe que, como en casos anteriores, el expediente pronto quedará en el olvido.
Mientras el cuerpo espera la necropsia de rigor —vestido con ropa que cualquier testigo podría describir—, las autoridades prometen «esclarecer los hechos». Misma promesa que hicieron tras los últimos 15 homicidios en la zona.
El crimen no solo expone la inoperancia de las fuerzas de seguridad, sino que refuerza el temor de los habitantes: en Apatzingán, la violencia sigue tan impune como siempre, con o sin despliegues mediáticos.